A la velocidad con que cambian las cosas, la segunda guerra mundial sucedió hace mucho, mucho tiempo, ni siquiera habían nacido mis padres. Sin embargo, todos sabemos de ella, no solo por los cursos de historia, sino también por las decenas de películas y libros que se han escrito. Nazis, campos de concentración, persecución a los judíos, holocausto, las SS, etc. Miles de historias, miles de rostros, miles de muertes.
Desde hace algunos años, comencé a pensar en Alemania de manera distinta. El primer estereotipo que tenía era el de una país frío, de gente dura, con un idioma tosco y un clima terrible. En realidad, eran las únicas ideas que se me venían a la mente cuando pensaba en Alemania. Luego, empezó a despertar en mi cierta curiosidad, ¿cómo podía ser que un país que había quedado destruido después de la 2da GM ahora sea una potencia económica? Han pasado solo 60 años! ¿Cómo pudieron recuperarse tan pronto? Además quedó dividida, Alemania unificada es historia reciente, tenía 9 años cuando cayó el muro de Berlín, y de eso sí me acuerdo.
¿Por qué hay países como Alemania que luego de perder una GM se ponen de pie y recuperan fortaleza, desarrollo y estabilidad? Esta pregunta inmediatamente me lleva a pensar en otra, ¿por qué hay países como el Perú que tienen siglos de subdesarrollo? Aquí hay algo clave: aprender de la historia. Berlín es una ciudad fascinante, moderna (es obvio, todo tuvo que ser reconstruido), ordenada, respetuosa y llena de historia. Impregnada de pasado, reconociendo que se equivocaron, que vivieron años de terror, que hicieron daño y que no debería repetirse. Monumentos en homenaje a las víctimas, no solo de la GM sino también de los que murieron intentando cruzar el muro. Historias de héroes, de ciudadanos comunes y corrientes, de gente que perdió la vida injustamente. No se les olvida. Es como si sintieran vergüenza de lo que sucedió, pero no se oculta, sino que se recuerda, se mantiene vivo, para que sepan que no debe volver a repetirse.
Desde hace algunos años, comencé a pensar en Alemania de manera distinta. El primer estereotipo que tenía era el de una país frío, de gente dura, con un idioma tosco y un clima terrible. En realidad, eran las únicas ideas que se me venían a la mente cuando pensaba en Alemania. Luego, empezó a despertar en mi cierta curiosidad, ¿cómo podía ser que un país que había quedado destruido después de la 2da GM ahora sea una potencia económica? Han pasado solo 60 años! ¿Cómo pudieron recuperarse tan pronto? Además quedó dividida, Alemania unificada es historia reciente, tenía 9 años cuando cayó el muro de Berlín, y de eso sí me acuerdo.
¿Por qué hay países como Alemania que luego de perder una GM se ponen de pie y recuperan fortaleza, desarrollo y estabilidad? Esta pregunta inmediatamente me lleva a pensar en otra, ¿por qué hay países como el Perú que tienen siglos de subdesarrollo? Aquí hay algo clave: aprender de la historia. Berlín es una ciudad fascinante, moderna (es obvio, todo tuvo que ser reconstruido), ordenada, respetuosa y llena de historia. Impregnada de pasado, reconociendo que se equivocaron, que vivieron años de terror, que hicieron daño y que no debería repetirse. Monumentos en homenaje a las víctimas, no solo de la GM sino también de los que murieron intentando cruzar el muro. Historias de héroes, de ciudadanos comunes y corrientes, de gente que perdió la vida injustamente. No se les olvida. Es como si sintieran vergüenza de lo que sucedió, pero no se oculta, sino que se recuerda, se mantiene vivo, para que sepan que no debe volver a repetirse.
Esta es la foto del monumento al holocausto, se encuentra en el centro de la ciudad, en medio de edificios residenciales, es imposible no verlo. Puede resultar algo extraño, pero es muy significativo, son 2.711 bloques de hormigón de distinta altura, ninguno es igual al otro. Se encuentra muy cerca de donde estuvo la Cancillería del Tercer Reich y el búnker de Hitler.
Me llamó la atención también el equilibrio entre lo que se realza y lo que no. El búnker de Hitler pasa totalmente desapercibido, como si debajo de ese pedazo de suelo no hubiera habido nada. No vaya a ser que de ponerle aunque sea una placa recordatoria, se levanten manifestaciones descabelladas. Es cierto que todavía hay extremistas, el Estado no puede intervenir en la mente ni en la ideología de las personas, pero sí en el diseño de la ciudad y en decidir a quién se homenajea y a quién no.
Nosotros también hemos tenido guerras, torturas, muertos, desaparecidos, malos gobernantes, hemos cometido atrocidades, errores que no se deberían repetir. ¿Hemos aprendido?, ¿recordamos a nuestras víctimas?, ¿recordamos nuestras caídas?, ¿nuestros errores?, ¿a quiénes arruinaron el país?, ¿a quiénes mataron, persiguieron, violaron, robaron? ¿Cuánta controversia hay alrededor del Ojo que llora?, ¿cuántos lo hemos visitado?, ¿cuántos ni siquiera sabemos lo que es? Yuyanapaq se muestra permanentemente en el Museo de la Nación, ¿nos interesa?, ¿la historia del Perú, nos interesa?
Después de las elecciones presidenciales tuve un enorme sin sabor, ¿por qué le volvimos a dar el país a quien fue uno de los peores presidentes de nuestra historia? Muchos dirán “no teníamos salida”, creo que hay una pregunta anterior, ¿por qué nos cerramos nosotros mismos la salida? Tengo una pesadilla recurrente y es una posible reelección de Fujimori, no sé si me estoy volviendo pesimista, pero no me considero poco cuerda al creer que podría ser real. La historia, no solo la del Perú, sino la de nuestra vida misma, debería enseñarnos. ¿Para qué sirve la historia? Pues para aprender de ella, eso diferencia a quienes mejoran y se superan y a quienes están tropezando constantemente.
Me llamó la atención también el equilibrio entre lo que se realza y lo que no. El búnker de Hitler pasa totalmente desapercibido, como si debajo de ese pedazo de suelo no hubiera habido nada. No vaya a ser que de ponerle aunque sea una placa recordatoria, se levanten manifestaciones descabelladas. Es cierto que todavía hay extremistas, el Estado no puede intervenir en la mente ni en la ideología de las personas, pero sí en el diseño de la ciudad y en decidir a quién se homenajea y a quién no.
Nosotros también hemos tenido guerras, torturas, muertos, desaparecidos, malos gobernantes, hemos cometido atrocidades, errores que no se deberían repetir. ¿Hemos aprendido?, ¿recordamos a nuestras víctimas?, ¿recordamos nuestras caídas?, ¿nuestros errores?, ¿a quiénes arruinaron el país?, ¿a quiénes mataron, persiguieron, violaron, robaron? ¿Cuánta controversia hay alrededor del Ojo que llora?, ¿cuántos lo hemos visitado?, ¿cuántos ni siquiera sabemos lo que es? Yuyanapaq se muestra permanentemente en el Museo de la Nación, ¿nos interesa?, ¿la historia del Perú, nos interesa?
Después de las elecciones presidenciales tuve un enorme sin sabor, ¿por qué le volvimos a dar el país a quien fue uno de los peores presidentes de nuestra historia? Muchos dirán “no teníamos salida”, creo que hay una pregunta anterior, ¿por qué nos cerramos nosotros mismos la salida? Tengo una pesadilla recurrente y es una posible reelección de Fujimori, no sé si me estoy volviendo pesimista, pero no me considero poco cuerda al creer que podría ser real. La historia, no solo la del Perú, sino la de nuestra vida misma, debería enseñarnos. ¿Para qué sirve la historia? Pues para aprender de ella, eso diferencia a quienes mejoran y se superan y a quienes están tropezando constantemente.
Para terminar, una frase que creo le viene a pelo a esta entrada y que además he tomado de la página principal de la CVR.
7 comentarios:
Cuando hablas de para qué sirve la historia, creo que no sólo deberíamos recordar la nuestra, sino también conocer la de nuestros vecinos y de todos los demás. Muchos dicen que es sabio quien aprende de sus errores, pero es más sabio quien aprende de los errores de los demás. Aunque la verdad, en nuestra historia tenemos suficientes errores para tener bastante que aprender, ya luego veremos las pajas en los ojos ajenos.
Saludos!
Tienes toda la razón Rancho... incluso a veces es más fácil aprender de los demás... porque no hay subjetividades de por medio (en la medida en que no nos toque directamente). Aunque, a veces también, repetimos las conductas adrede... complejidades del ser humano!!
Cuando uno mira la historia, se la ve demasiada lenta, por que nosotros los hombres que la hacemos somos tan dinamicos, que para sopesar los acontesimientos tenemos que sentarnos y esperar el siglo que paso, para analisarla, por ello se hace un poco dificil digerirla. en otra palabras las historia es reformista, y el hombre es el revolucionario.
La historia es importante para aprender lecciones del pasado, y también porque condiciona el presente. Sin ir más lejos, el Path Depenency consiste en eso. En encrucijadas en la historia, cuando se toma un camino y no otro, la rectificación es más complicada. Requiere mayor sacrificio.
Los hombres siempre nos guiamos por las mismas pasiones e odio, amor, ambición... aunque la tecnología cambie. De ahí el aprendizaje. Aunque no existe determinismo histórico.
Si no, mirad España; sin democracia en los últios dos siglos, hoy es homologable a otras viejas democracias. Nada impide que Perú salga a flote, cómo lo hicimos nosotros, aunque la historia no se halagüeña. Eso sí, no hay que quedarse brazos cruzados!
Ollanta presidente!!!
El problema del Perú es que los gobiernos no se han preocupado por resolver problemas cruciales que necesitan el largo plazo para ver resultados (y que involucra y beneficia a los más pobres y olvidados del Perú). Solo dan soluciones rapidas pero no profundas.
Es cierto, tal como menciona el Path dependence "history matters".
Algo que no he mencionado en el texto pero que tiene mucho que ver, es que en ese proceso de "reconstruir y aprender de la historia" el Estado tiene un papel fundamental y es algo que debemos seguir exigiendo.
Una amiga me comentaba, a propósito de la pesadilla recurrente, que ella tiene la misma pero con cara de mujer. Keiko fue la congresista que más votos obtuvo!! A mi como peruana, me da verguenza.
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