sábado, 6 de noviembre de 2010

amar amar amar


Hace un poco más de 6 años empecé una relación con R. Ha sido la historia de amor más larga que he tenido. Rápidamente se fue metiendo en todos los aspectos de mi vida, a hacerse amigo de mis amigos, primo de mis primos, sobrino de mis tíos y así con toda mi familia. Sin darme cuenta, nos fuimos convirtiendo en "la pareja" que todo el mundo daba por sentado que el siguiente paso sería, el altar.

Luego de varios años de estar juntos, un buen día decidimos (o mejor dicho, decidí), que el siguiente paso sería ir a estudiar. Nos fuimos juntos a España y sin temor a exagerar, fue el año más feliz que he tenido hasta ahora en mi vida. Descubrimos una nueva etapa juntos, sin familia, sin amigos y sin lugares conocidos. Lo único familiar que yo tenía era él y él a mi. Fue como volver a empezar, en un lugar lindísimo y sin mayores responsabilidades. Ya se imaginarán todo lo que eso significó para mi y lo maravilloso que fue.

De regreso a Lima, una de las cosas que dejé en Barcelona fue la relación que tenía con R. Poco a poco el amor se fue desvaneciendo como arena que se escapa entre los dedos y como diría Sabina, al final llegó el final. No voy a hablar de la etapa del desamor, esta entrada tiene otra intención, pero justo ayer vi (por segunda vez) una escena de Comer Rezar Amar, que lo describe bastante bien:


El desamor para mi es como dice Julia Roberts, I used to have this appetite for food, for my life, and it's just gone. Es como perder el apetito por comer, por salir, por divertirse, por trabajar y hasta por levantarse de la cama.

Hoy, después de varios meses puedo decir que he recobrado el apetito por la vida, que mi corazón está curado de sus heridas y que además está siendo querido, mimado y acariciado con inmensa ternura. La persona que ahora está conmigo, no solo me quiere, me acompaña y me cuida, sino que se preocupa por mi felicidad como nadie lo había hecho hasta ahora.

Quizás la vida se concentre en estos tres verbos: comer, rezar, amar. El último sin duda, es el más difícil de todos y el que evidentemente, más me gusta. Por eso estoy aquí metida, dispuesta a intentarlo una vez más y me siento feliz por eso.