Desde hace días quiero terminar esta entrada y no puedo. Me siento frente a la pantalla y las palabras no me salen y sin embargo, siento que tengo tanto que contar, tanto de lo que quisiera escribir... mi mente no para de procesar, pensar, criticar, cuestionar... pero todo con tanto desorden, que no, no puedo escribir.
Comencé a escribir este post hace un par de semanas, cuando sentí que había llegado el momento de hablar de lo que más me cuestiona en estos días: el trabajo. Ahora confirmo que ni siquiera puedo hablar con claridad del tema... empiezo a preocuparme seriamente. Empezaba así:
Hoy le contaba a un amigo que hasta ahora, la peor etapa de mi vida ha sido la pre-universitaria. Me molestaba muchisímo cada vez que me preguntaban ¿a qué te dedicas?, ¿qué estudias?, ¿qué haces?. No era ni escolar ni universitaria, me sentía en el limbo, ni una cosa ni otra, "me estaba preparando" y a decir verdad, no sabía muy bien para qué. Esa etapa de transición me costó mucho, pero pasó y ahora la siento cada vez más y más lejana, pero la sigo recordando como la peor.
Si ahora me preguntaran a qué me dedico, la respuesta sería mucho más sencilla y definitivamente no me molestaría contestarla, pero si me preguntaran si me gusta lo que hago, no sabría bien que responder. Desde hace meses vengo pensando en lo que hago para ganarme la vida y sobre todo, si deseo ganarme la vida de esa manera. Aún no lo sé. Ahora mismo, mi trabajo me gusta y me disgusta, me hace sentir cómoda e incómoda, me entusiasma y me aburre, lo comparto con gente que adoro y también con quienes ya no puedo ni ver... es un mar de sensaciones opuestas entre sí... y sigo sin encontrar un norte... ni siquiera un sur... ¿desorientada?. Creo que esa es la palabra.
Solo llegué a esos dos párrafos... y ahora, sentada frente a mi compu, robándole minutos a mi horario laboral, tengo ganas de apagar todo y salir a caminar, ver la luz del día y esperar que anochezca mirando el cielo. Tengo ganas de ir al cine y ver la película que ganó el Oscar. Tengo ganas de salir con mis dos abuelitos (mi única paterna y mi único materno) y comer helados en abundancia. Tengo ganas de tirarme a la cama, de ponerme a leer, de ver televisión, de encontrarme con gente, de no esperar a que sea la hora de salida. Tengo ganas de todo, menos de estar acá. Y sin embargo, para hacer cualquiera de las cosas que quiero, voy a necesitar dinero, dinero que solo obtengo porque estoy acá (en mi oficina).
No es que no quiera trabajar, quien me conoce de cerca, sabe lo fanática que soy de la chamba, lo tarde que salgo, lo mucho que hago. El asunto de fondo es que no sé si deseo ganarme la vida de esta manera... y lo que menos quiero es instalarme, ponerme en piloto automático, dejar que los días pasen y seguir viniendo por inercia porque aquí trabajo y ni siquiera cuestiono el por qué.
En fin... sigo desorientada y esa creo que es la palabra que mejor describe este momento. Perdonen lo desintegrado del texto. He hecho mi mejor esfuerzo.