jueves, 1 de noviembre de 2007

Adiós



Es curioso que mi primera entrada se llame "adiós" cuando debería ser... ¿hola??. Desde hace poco más de un mes estoy fuera de casa, fuera de Lima, fuera de mi trabajo, fuera de mi grupo de amigos, fuera de todo lo que es familiar. Antes de irme empecé a experimentar una serie de sentimientos, que confluían entre tristeza y resignación. Contrariamente a lo que la mayoría de gente me decía, nunca sentí emoción, creo que tímidamente albergaba mucho temor y eso me impedía ver con claridad lo que significaba este viaje.

Al iniciar esta etapa de “decir adiós” constaté que odio las despedidas. Adioses forzados, voluntarios, temporales o permanentes... los hay de todo tipo y en lugar de acostumbrarme a ellos, los evado, para ver si así puedo ahorrarme el mal rato de tener que dar un último abrazo y decir "te extrañaré".

A lo largo de mi vida no he tenido, grandes desarraigos, siempre he vivido en la misma ciudad y en la misma casa (si todavía con mis papás!! apuesto que no soy la única que a los 27 años sigue viviendo con sus papás!!). Nunca me cambié de colegio, ni de universidad, ni de trabajo. Toda mi vida se ha mantenido casi en equilibrio, sin interrupciones, sin quiebres, sin rupturas. Pese a ello, este viaje ha hecho que todo lo estable se vuelva inestable.

La pregunta es ¿por qué?. La respuesta es, me cuesta mucho ponerle fin a las cosas, a los eventos, a las personas, a mis propias etapas. Situación que es en sí misma contradictoria porque la vida es precisamente la experiencia inversa. Es justamente un camino de inicios y fines. Se termina la juventud, se termina el concierto que tanto quisimos oír!, se termina la universidad (como la extraño!), se terminan nuestras relaciones de pareja, se terminan nuestros viajes. Cambiamos de trabajo, de ciudad, de forma de pensar, de forma de vestir, cambiamos de amigos, de novios, de esposos. Algunos se van por un tiempo, otros se van para siempre. La vida está diseñada para estar en permanente cambio, en principios y finales.

Claro, tiene mucha lógica y no puede ser que a los 27 recién lo descubra!!!... la verdad es que, por supuesto, siempre lo he sabido, pero es complicado experimentarlo. Esta conocida discrepancia entre lo que nuestra mente entiende y lo que nuestras emociones nos llevan a sentir. Podemos comprender cualquier fenómeno, pero eso no nos garantiza que emocionalmente seamos consecuentes con nuestros pensamientos, o si?

Además y por si fuera poco, estamos rodeados de imágenes que nos saturan de… ¿eternidad?. Quien no ha escuchado el archiconocido final de cuento "… y vivieron felices para siempre"!!! Todos queremos ser felices para siempre, no? Yo hasta ahora no sé muy bien qué significa eso porque la eternidad sólo existe mientras duran las cosas ... por lo tanto es una eternidad temporal… con inicios y fines.

Este viaje me ha obligado a ponerle fin a muchas cosas, he dejado mi trabajo, he dejado mi casa (cuando vuelva debo ir a una nueva casa), he dejado a mis amigos de toda la vida, esos con los que he compartido muchos años sin interrupciones y sobre todo, he dejado a mi familia, cosa que no hacía en 27 años. He guardado mis cosas y he dejado muchos lugares vacíos. Al ver mi oficina vacía, mi habitación, mi ropero… he sentido ese mismo vacío dentro mío. Todo lo que en parte era yo, se estaba acabando. Decir adiós implica de alguna manera perder el sentido de pertenencia, lo que era tuyo ya no lo es y eso hace que tengamos que reacomodarnos, acostumbrarnos y desacostumbrarnos. Así, vivimos en esta especie de camino circular, celebrando los inicios y lamentando los finales. ¿Así tiene que ser? Yo sospecho que no, pero hasta ahora no logro vivirlo de otra manera.

Para mí, ponerle fin a las etapas y sobre todo a las personas, es todavía un proceso muy doloroso. Sin embargo, sé que la vida tiene ese diseño y que cada vez que empiezo a vivir algo, indefectiblemente terminará.

5 comentarios:

Desirée Castaman dijo...

Mudanzas! Diossss Hace un poco mas de dos años, me "independicé?", es distinto...pero mi percepción de la vida y de la despedida, fué muy diferente a un desarraigo. Fuí feliz ( y eso que fuí muy feliz en mi casa también) Fuí feliz de ver todo nuevo, de decontruir las cosas como a mi me gustan , de escoger qué iba a comer, a qué hora iba a llegar, quien quería que entre o que no salga, cúanto y cuándo iba a limpiar, cuánto podía ensuciar y desordenar, qué colores usar, etc. Viví y me desvivií para mi espacio, y fuí feliz...mientras lo pude tener, luego por esas cosas de la vida y de la economía sobre todo: regresé!. Dios el regreso... ese es otro tema! Con mi mamá muy maternal, mis hermanas muy fraternas y mi casa como siempre...hasta ahora siento que nunca regresé a mi casa. Soy una visita, que paga peaje y que recuerda que la estadía ahí, solo es temporal. Cuando regresé, ya no tenía habitación, mas del 85% de lo que dejé (de mis cosas) ya no estaban, ya que; seguro que hoy forman parte de la carretilla de algun griton " zapato, botella, ropa sucia botella, botellaaa", ya no puedo compartir los espacios como antes, suelo pedir permiso para hacer, usar, y comer muchas cosas. Extrañamente, la dinámica sin mi cambió, cuando regresé, habían tácitamente otras reglas. Todo era diferente, no sé si para bien o para mal, solo sé que cambió. Recién cuando regresé a casa de mi mamá, (nótese el énfasis en: casa de mi mamá) sentí el desarraigo.
Es verdad... la circularidad es parte del sistema de nuestra vida.
Maestra mi Kari! Sigue escribiendo que inspiras.

SHALLAPA dijo...

"Adios' que palabra mas hermosa en el castellano le encuentro un enorme parecido a la palabra amor, crean en uno emociones tan enormes que decirlos o hacerlos nos vuelve tan humanos, tan fragiles. Cuando el adios se da se abre tambien el camino para el reencuentro y en cada reencuentro se vuelve a vivir de la muerte del adios.

Anónimo dijo...

Que bueno q tienes un blog... en el fondo quisiera tener uno.. pero seguro nunca escribiría.... voy a escribir comentario aca pk es lo primero q has escrito.. "verbalizaré" mis sentimientos actuales.... te extraño! no sabes cuanto... el sábado mientras veía a meli con velo de novia de despedida de soltera... cantando karaoke me senté y lloré pork tu presencia era justa y necesaria.. como no pude traerte en cuerpo me embriagué y luego borracha con meli nos reímos de mil cojudeces q sólo el alcohol puede hacer recordar. en fin El 17 de Noviembre no se como lo lograré sin ti. Te envío a tu mail lo prometido y carajo cuando me case DEBES estar aca. No podría tener blog además pork no se pork escribo groserías y eso no se ve elegante. mejor escribe tu y yo seguiré comentando. Suerte en tu blog. Siempre lo leeré.

Anónimo dijo...

El Adios es un punto de inicio al ciclo que termina, siempre con nuevas cosas, nuevos retos y lleno de una gran espectativa que solo con el tiempo sabremos si fue un Adios a lo antiguo o simplemente es algo indistinto a un mundo distinto que nos espera con miles de alternativas para escoger y hacer. Es el quiebre que experimentamos a una realidad futura divergente y así muy parecida, similar o diferente a la vivida...pero es cierto es algo nuevo que nos ilusiona, nos lleva a volar lejos pero a la vez tan cerca de lo que amamos y extrañamos como el hecho de no tenerte aqui a nuestro lado como siempre compartiendo una vivencia o ocurrencia tan propia. Te deseo lo mejor en este Adiós en el que partiste y estaré presente en el Adiós que te regrese al hogar que dejaste para ser mejor en todo sentido.....cuidate mucho...!!!!

Anónimo dijo...

Querida muñe....
Que bien te explayas sobre todas tus vivenciasm realmente valoras lo que la vida te ofrece.
Resumo al escribir , que la vida se cimenta sobre el amor. Es un sentimiento con suma libertad. sin egoismo que es necesario cultivarlo con buenas acciones y palabras positivas, Para mí vivir es aprovechr los buenos momento y olvidar lo que nos ocasiona heridas en el alma.
Mil gracias por ser mi muñe....ñ graqnde. TQM